LA
FAMILIA DE PASCUAL DUARTE. Resumen.
Capítulo
1
Pascual Duarte
escribe este libro en forma de diario o cartas estando en la cárcel,
a la edad de 55 años. Comienza contando su vida en el pueblo en el
que nació, a dos leguas de Almendralejo (Badajoz), en el seno de una
familia campesina. Del pueblo recuerda gratamente la plaza, siempre
soleada, y la cocina de su casa, pobre, pero espaciosa y blanqueada.
A Pascual le gustaba la pesca de anguilas y la caza, para la que
parecía estar dotado. Tenía una perra —Chispa— que lo
acompañaba en sus salidas al campo. Un día, estando sentado en la
piedra del cruce, como solía hacer al volver de la caza para fumarse
un cigarro, Pascual observa los ojos del animal: tenía la mirada de
los confesores, escrutadora y fría, como dicen que es la de los
linces. Dominado por un sentimiento irracional, le dispara dos veces
en la cabeza.
Capítulo
2
Hecha la
presentación del primer capítulo, Pascual retrocede en el tiempo y
recuerda su infancia. Sus padres eran ignorantes e insensibles. Su
padre, Esteban Duarte Diniz, era un portugués tosco y rudo que se
había dedicado al contrabando; Pascual le tenía más miedo que
cariño. Su madre, cuyo nombre nunca menciona, era una mujer
violenta, sucia, analfabeta, fría y egoísta. El matrimonio se
llevaba mal y los malos tratos eran continuos en la casa. El padre
tenía interés en que el niño aprendiera algo, y Pascual fue a la
escuela; pero la abandona a los doce años ante la insistencia de su
madre, que consideraba inútiles los estudios y la desgana del niño
por aprender; aunque ya sabía leer y dominaba las cuentas
elementales. Siendo Pascual de corta edad, nació su hermana Rosario,
tras un parto largo y doloroso.
Capítulo
3
Rosario es una niña
enfermiza. Esto agrava los problemas en la casa porque los padres se
refugian aún más en el alcohol y las palizas vuelven con mayor
virulencia. La niña se va reponiendo y sorprende con sus dotes de
mando; sabe controlar la agresividad de sus padres. A la edad de
catorce años roba a sus padres y se marcha a Trujillo para
prostituirse. A los cinco meses vuelve a su casa aquejada de unas
fiebres y permanece casi un año encamada. En esta época, ante la
gravedad de la enfermedad de Rosario, se vivió cierta paz en el
ambiente familiar. Rosario se repone, vuelve a robar a sus padres y
se marcha, esta vez a Almendralejo. Allí conoce al Estirao, un chulo
que vive de las mujeres. Pascual tuvo un encuentro con el Estirao;
éste lo provocó; Pascual se contuvo y no respondió, acabó la
conversación con un ¡Mira Estirao!... ¡Mira Estirao!... Esa
reacción pacífica le va a pesar toda su vida: aquel día se me
clavó una espina en un costado que todavía tengo clavada.
Capítulo
4
Los años pasaban
sobre nosotros como sobre todo el mundo. Pasa el tiempo. Cuando
Rosario tiene quince años la madre vuelve a quedarse embarazada.
Pascual sospecha que su madre se acuesta con don Rafael. A los pocos
días de nacer el niño, el padre de Pascual enferma de rabia. Tienen
que encerrarlo en la cuadra y sufre una cruel agonía antes de morir.
Mario —así se llama el nuevo hermano— nace con mala estrella:
padece varias enfermedades dolorosas, es atacado por unos cerdos, no
puede andar ni hablar y es maltratado por don Rafael, cuyas visitas a
la casa son cada vez más frecuentes. Pascual observa con impotencia
el triste destino de su hermano y siente lástima de él.
Capítulo 5
Pasado un tiempo,
encuentran a Mario ahogado en una tinaja de aceite. La madre de
Pascual no llora al verlo, y él empieza a odiarla por su dureza;
hace tiempo que no la aprecia como madre, pero ahora, por su
inhumanidad, la ve como una enemiga. Observa con desprecio a don
Rafael mientras se afana en construir el ataúd del hijo no
reconocido, repitiendo constantemente angelitos al cielo. Pascual
sabe que esas palabras tienen doble sentido y que se alegra de su
muerte. En el entierro de Mario, pobre y casi sin acompañamiento,
encuentra a Lola, una antigua novia. Pascual tiene 28 ó 30 años,
Lola 21 ó 22. Lola coquetea, Pascual es tímido y la rehúye; ella,
desairada, le grita: ¡Eres como tu hermano! Ante esta provocación
sí responde. Cuando él la tira al suelo y ella se siente forzada,
rectifica sus palabras: ¡No eres como tu hermano…! ¡Eres un
hombre…! Tienen su primer encuentro amoroso sobre la tumba de su
hermano. Lola era virgen: media docena de amapolas para mi hermano
muerto: seis gotas de sangre… En este capítulo faltan dos notas
del transcriptor.
Capítulo 6
Digresión
narrativa. Han pasado quince días desde que Pascual escribiera la
carta anterior. No ha tenido tiempo de seguir porque lo han
trasladado a otra cárcel y ha sido sometido a nuevos
interrogatorios. Le gusta más el actual presidio; desde la ventana
se ve un jardín y puede contemplar la sierra. Comenta al
transcriptor que tiene que dejar de escribir, se siente triste y con
ganas de llorar. Por la ventana ha visto pasar a una mujer y a un
niño que le han recordado a Mario y a su madre.
Capítulo
7
Retoma la historia
donde la había dejado en el capítulo quinto. Han pasado cinco meses
desde el entierro de Mario. Pascual sigue viéndose con Lola y ésta
le confiesa que está embarazada. Deciden casarse; a Pascual le hace
ilusión criar y educar a ese hijo. Habla con el cura y fechan la
boda.
Capítulo
8
Pascual y Lola se
casan. Él duda varias veces antes de dar el paso, pero la campanada
iba a ser muy gorda. Se van de viaje de novios a Mérida, donde pasa
los tres días más felices de su vida. Se alojan en la posada del
Mirlo, en un acogedor cuarto que Pascual siempre recordará. Tienen
un incidente con los familiares de una vieja a la que atropellaron al
llegar a la ciudad. Compran algunas cosas y se vuelven para el
pueblo. Al llegar, Pascual se va a la taberna de Martinete para
celebrarlo con los amigos. Beben demasiado y Zacarías hace una
broma, supuestamente sobre el encuentro que tuvieron Pascual y el
Estirao, aunque no cita nombres. Pascual, muy susceptible a las
provocaciones desde el encuentro con el Estirao, no está dispuesto a
quedar otra vez por poco hombre. Reta a Zacarías y lo deja malherido
con tres puñaladas.
Capítulo
9
Después
del incidente de la taberna se va a su casa acompañado de algunos
amigos. Cuando llega se encuentra en la puerta a la señora Engracia,
la partera. Lola había abortado, la tiró la yegua al desmontar. Sin
mediar palabra, Pascual se dirige a la cuadra y mata al animal de
veinte puñaladas.
Capítulo
10
Al
año siguiente, Lola vuelve a quedarse embarazada. Durante ese año
Pascual se había quedado como anonadado y hundido en las más negras
imaginaciones. Ahora, ante la nueva noticia, se vuelve hosco y
malhumorado. Teme problemas, que no nazca el niño; entra en un
estado de nerviosismo e inseguridad, y ansía que llegue el día del
parto para conocerlo por fin. Nace el niño, al que llaman como al
padre. Lola y Pascual viven una época feliz; hacen proyectos para su
hijo. Pascual se muestra protector, quiere proporcionarle la vida y
el cariño que él nunca tuvo. El trauma de haber perdido un hijo los
convierte en padres temerosos y aprensivos; quieren proteger al niño
hasta de un simple resfriado. Pascual, además, piensa que a él no
puede durarle mucho tanta felicidad. Aquí falta un fragmento que
evitó el transcriptor, como ya avisó al principio. Pascualillo
muere a los once meses de edad, de un mal aire.
Capítulo
11
Pascual
se siente agobiado por las continuas quejas de su madre, su hermana y
su mujer, que no dejan de recordar al niño muerto. Él también
sufre, pero intenta superarlo, y ellas, abandonadas al dolor, no lo
ayudan; ignoran todos sus conatos por recuperar la vida; recuerda en
esta carta: las podría pintar como si ante mis ojos aún estuvieran,
con su sonrisa amarga y ruin de hembras enfriadas, con su mirar
perdido…
Capítulo
12
¡Eres como tu
hermano! grita Lola a Pascual. Lo culpa de la muerte de sus dos
hijos, débiles como él, que ni el andar de la caballería ni el mal
aire en la noche supieron aguantar. En casa de Pascual se vive en un
ambiente de tensión y frustración. Lola y la madre de Pascual
parecen regocijarse haciéndole daño; sólo su hermana Rosario se
compadece de él. En el corazón de Pascual sigue acrecentándose el
odio hacia su madre. Un día se sorprende pensando cómo la mataría
mientras duerme.
Capítulo
13
Digresión
narrativa. Ha pasado un mes desde la última carta. Pascual se ha
dedicado a pensar durante este tiempo, y ha llegado a encontrar un
estado de paz y tranquilidad como nunca antes tuvo. Llamó al
capellán y se confesó. Ahora quiere retomar la narración: tiene
prisa por acabar y reconoce que el tiempo que lleva escribiendo,
cuatro meses, le ha supuesto un gran esfuerzo por ser ésta una
actividad inusual para él. Escribir lo está ayudando a descargar su
conciencia. Vuelve a mostrar arrepentimiento y reflexiona sobre lo
distinta que habría sido su vida si las circunstancias también
hubieran sido otras.
Capítulo
14
Pascual
retoma el relato. Después de aquel mal pensamiento de asesinar a su
madre, y por alejarse de la que se lo provocaba, decide irse del
pueblo a escondidas. Llega hasta San Benito donde coge un tren para
Madrid. La primera noche en la capital la pasa durmiendo en un banco.
Al amanecer busca alojamiento. Conoce a un grupo de obreros entre los
que se encuentra Ángel Estévez, que le ofrece el alquiler de una
habitación en su casa y dos comidas diarias por diez reales. Pascual
acepta. Se instala en una buhardilla y pasa unos días entretenido,
jugando a las siete y media con el matrimonio, todos los días hasta
entrada la madrugada; dando paseos por el Retiro, visitando los cafés
de la ciudad… Pasados quince días decide irse a la Coruña para
embarcar a América. Cuando llega a la ciudad comprueba que no tiene
suficiente dinero para el pasaje. No quiere volver al pueblo y se
pone a trabajar en lo que le sale: de sereno, en la cocina de un
hotel, cargando maletas… Pero cuando pasan dos años siente
morriña. Pide dinero prestado para el billete de vuelta e,
ilusionado por que el tiempo todo lo hubiera cambiado, emprende el
regreso.
Capítulo
15
Ha
vuelto. Nada nos cuenta del recibimiento. A los siete días de su
llegada, Lola le dice que está embarazada, se niega a darle el
nombre del padre. Pascual le sugiere que aborte, pero ella rechaza la
propuesta. Por estos días la madre de Pascual parece temerosa de su
hijo y lo esquiva. Pascual termina aceptando la situación, aun a
sabiendas de los comentarios que se desatarán en el pueblo, pero
insiste en saber el nombre del padre, y Lola acaba por revelárselo;
es el Estirao. Tras confesar, Lola muere de forma repentina.
Capítulo
16
Pascual
decide ir en busca del Estirao para vengarse de todas las deshonras
que le ha causado: primero su hermana, luego su mujer… El Estirao
ha huido y, en su búsqueda, Pascual reencuentra a su hermana Rosario
que sigue en la prostitución, está envejecida y triste. Se marcha
al pueblo con su hermano. Vive otra temporada de calma. Lola lo
cuida, hasta lo mima, y administra bien la casa. Un día vuelve el
Estirao al pueblo para llevarse a Rosario. Pascual lo espera en la
casa e intenta impedirlo; el chulo insiste y Pascual le rompe una
silla en la espalda. No quiere matarlo, sólo darle un escarmiento.
El Estirao, como en el primer encuentro que tuvieron, vuelve a
tocarle su punto débil, su poca hombría; y Pascual termina por
partirle el cuello.
Capítulo
17
Por
la muerte del Estirao estuvo tres años preso en la cárcel de
Chinchilla (Albacete). Pascual se queja de que su buen comportamiento
le redujera la condena porque la libertad lo exponía de nuevo a los
peligros de la vida. Intenta animarse pensando en su pueblo, en el
gozo con el que lo recibiría su hermana, confiando en que su madre
hubiera suavizado el carácter con el paso de los años… Por
primera vez utiliza la palabra familia. Se despide del director del
centro, don Conrado. Se intercala la aparición del “Pascual
narrador” que nos anticipa su vuelta a la cárcel con el comentario
de que dentro de tres años y medio volverá a ver a don Conrado. Al
llegar al pueblo encuentra el andén vacío, nadie sabe de su
regreso. Ni siquiera el señor Gregorio, jefe de estación, le hace
caso; y Pascual, abatido, siente deseos de llorar. Cabizbajo, se
encamina a su casa. Pasa junto al cementerio y piensa en los seres
queridos y enemigos allí enterrados, todos víctimas de sí mismos:
el cementerio donde descansaba mi padre de su furia; Mario de su
inocencia; mi mujer, su abandono, y el Estirao, su mucha chulería.
Se siente alentado por empezar una nueva vida, al lado de su hermana,
con su calor, con la única persona que no lo había maltratado a lo
largo de su vida. Cuando llega, su madre, después de tres años sin
verlo, lo recibe con un frío ¿Qué quieres? Lo pone al tanto de la
situación: Rosario se ha ido a Almendralejo y está liada con el
señorito Sebastián. Pascual se hunde, hubiera preferido seguir en
la cárcel.
Capítulo
18
Rosario
vuelve al pueblo para ver a Pascual. Ambos están un poco distantes
pero se expresan su cariño. Rosario le ha buscado una novia a su
hermano, Esperanza, la sobrina de la señora Engracia. En el primer
encuentro Esperanza le confiesa que siempre había estado enamorada
de él. Se besan, es un beso cálido y tierno. La sensación, para
Pascual, es totalmente distinta a la de aquel encuentro salvaje con
Lola: la besé ardientemente, intensamente, con un cariño y con un
respeto como jamás usé con mujer alguna, y tan largo, tan largo,
que cuando aparté la boca el cariño más fiel había aparecido en
mí.
Capítulo
19
Pascual
y Esperanza llevan dos meses casados. Esperanza se queja de la madre
de Pascual, y éste observa que su comportamiento es malintencionado
y que crea problemas en el matrimonio. Cada vez está más envenenado
por el odio que siente hacia ella. De nuevo aparece el deseo de
matarla, y esta vez se va apoderando de su ánimo hasta impedirle
vivir en paz. Planea su muerte, está decidido: o la mata o se
suicida. Será el viernes de un diez de febrero de 1922. Llegada esa
noche, con el cuchillo en la mano ante la cama de su madre, vacila;
le falta valor; da media vuelta para marcharse, la madre se
despierta, y en ese momento se envalentona y se lanza sobre ella.
Mantienen una larga lucha en la que su madre le arranca un pezón de
un bocado, se defiende con fuerza; y, por fin, Pascual le clava el
cuchillo en la garganta. Sale corriendo y huye al campo, siente
alivio; por fin podía respirar...
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